(La siguiente es una clase por Swami B.G. Narasingha Maharaja el 20 de Enero del año 2000, en Karighatta, al sur de India.)
Existen cuatro Vedas, entendiéndose que el Rg Veda es el principal. Veda significa conocimiento, y tiene dos grandes divisiones: material y espiritual. Tenemos el conocimiento mundano de éste mundo fenoménico, y también está el conocimiento espiritual o trascendental, que en Sánscrito se llama sabda-brahma, o conocimiento que está más allá de los sentidos. En el mundo moderno la gente está bastante ocupada con conocimiento sensual, - aquel que pueden adquirir mediante la experimentación, lo que pueden obtener mediante el tacto, la vista, etc.- El conocimento trascendental es casi imaginario en la sociedad. En otras palabras la gente duda que en realidad exista. Cuando la gente desea conocimiento más elevado, mira hacia los cielos; desean saber algo sobre la vida en otros planetas, vida en otra galaxia, pero esto también está dentro del terreno mundano. El deseo de saber algo sobre la vida allá arriba también es mundano porque está dentro del cielo material. El conocimiento trascendental está más allá del cielo material, estando en el cielo espiritual. Los Vedas se refieren a todo el conocimiento -mundano y trascendental-.
Hasta cierta medida podemos descubrir conocimiento mundano sin la ayuda de los Vedas. Por ejemplo, en los Vedas hay muchas referencias a máquinas voladoras, e incluso viaje inter-planetario y comunicación. En estos días tenemos aviones, cohetes, naves espaciales, etc. Todo esto está sucediendo por el propio esfuerzo del hombre. Al comienzo, los hermanos Wright inventaron el primer aeroplano, y en su momento, el hombre viajó al espacio. El hombre está haciendo esto sin ninguna referencia hacia los Vedas.
Sin embargo, mucho antes de que el hombre siquiera soñara con volar, el volar estaba ahí en los Vedas. Pero el hombre ha podido aprender a volar sin acercarse directamente a los Vedas. Por tanto, hasta cierto punto, el conocimiento material puede ser obtenido por el esfuerzo propio. Los Vedas también nos informan que existe vida en otros planetas, pero hasta ahora no lo hemos podido descubrir por nuestro propio esfuerzo. Aunque la propuesta está ahí. Puedes ahorrar muchísimo tiempo si aceptas el conocimiento Védico.
¿Por qué deberíamos aceptar el conocimiento Védico? El conocimiento dice que existe vida en otros planetas. ¿Por qué deberíamos aceptar esto? Porque es bastante lógico. Los Vedas propusieron máquinas voladoras y el viaje interplanetario desde hace miles de años y ahora has visto que esto es posible. ¿Así que por qué rechazas la otra propuesta hecha por los Vedas de que la vida está presente en otros planetas? Primero acepta que existe vida en otros planetas. Que puedas contactar esta forma de vida o no, es otra cuestión. Pero puedes contestar la primera pregunta: “Sí, existe vida en otros planetas, la hay a través del universo”. De acuerdo con el conocimiento Védico del universo, no hay un lugar donde la vida no exista, y que ésta se encuentra en formas muy variadas. Aún así tenemos conflicto con el principio de aceptar una autoridad elevada mientras que queremos saberlo todo con nuestro propio trabajo duro, experimentos e investigación.
Dudamos de la propuesta de que existe vida a través del universo, y entonces por muchos años presumimos que la vida sólo puede existir sólo en ciertas circunstancias limitadas. – Que la vida sólo puede ser encontrada en este planeta -. Si es algo muy caliente, como el sol, ¿entonces cómo es posible que exista vida ahí? Si es algo muy frío, como la luna, ¿entonces cómo puede existir vida ahí?. Pero cuando descubrimos que al interior de nuestro propio mundo, muy profundo, en un volcán dentro del océano, donde el agua está a miles de grados –un lugar en el que antes no habríamos podido imaginar algo con vida – un tipo de vida puede existir en esa circunstancia extrema. Así que la vida existe sin importar lo extremo que pueda ser el ambiente. Puede ser que tengamos la experiencia de esto – o puede que no -. Pero mediante los Vedas podemos reconocer lo que no se nos ha mostrado de este mundo. Como he dicho, hasta cierto punto podemos obtener conocimiento de este mundo por nuestro propio esfuerzo. Pero cuando de trascendencia se trata, al referirnos a aquello que está más allá del campo material, hacia aquello que está más allá del cielo material, que se encuentra dentro del cielo espiritual, siendo desconocido y sin revelación, los únicos medios son las autoridades Védicas, el Veda por sí mismo y el parampara. Parampara significa la sucesión discipular de guru a discípulo – una línea continua, extendida por miles de años que recibe conocimiento elevado, cultivando la práctica de Sadhana, las prácticas para obtener realización elevada – Sólo mediante éste método es posible alcanzar lo que se encuentra más allá de este mundo. En realidad, éste camino de experiencia es mucho más sustancial que la forma en que experimentamos el mundo en el presente.
¿Cómo experimentas el mundo ahora? Lo tocas. Lo miras. Lo escuchas. Deseas tener alguna reciprocidad con él. Al hacer estas cosas estás seguro de que existe. El mundo espiritual, la experiencia trascendental, contiene más realidad que eso. Por la mañana despertamos y vemos el sol naciendo en el horizonte. Cuando el conocimiento trascendental despierta en el corazón, es una experiencia más sustancial que mirar al sol salir.
Aquéllos que son grandes santos, quienes, por decirlo así, son grandes montañas de conocimiento realizado, tienen una consciencia más elevada. Ellos dicen que ese mundo trascendental es la única realidad y que todo en este mundo fenoménico, eventualmente se desvanece. Así que el interés primordial de un ser humano debería ser su jornada hacia la trascendencia y descubrir que hay más allá de este mundo.
Desafortunadamente, todos estamos muy, muy ocupados con este mundo sin la mínima información sobre la existencia de otro mundo más allá de éste. Cuando decimos “el cielo trascendental” no nos referimos simplemente a un cielo repleto de luz donde sólo un ave puede ser felíz, volando y flotando. El cielo espiritual está poblado por planetas espirituales mucho más grandiosos que los planetas de éste plano mundano. Esos son los planetas Vaikuntha. Ahí la vida existe sin ningún defecto material. Los defectos materiales son el nacimiento, la muerte, la vejez y la enfermedad. Estas cuatro cosas son los problemas que todos deben enfrentar. En Vaikuntha no existe tal cosa como el nacimiento, muerte, vejez y enfermedad. Una vez estando ahí, uno nunca envejece, nunca se enferma, y nunca se muere. Así que el verdadero propósito de la vida humana es con esto. Esa debería ser nuestra dirección – hacia el mundo trascendental - ¿cómo alcanzaremos ese mundo? Ese debería ser el objetivo de la vida, y para lograr ese objetivo uno puede mirar hacia los Vedas. En el Rg Veda se dice:
om tad visnoh paramam padam
sada pasyanti surayah
diviva caksur atatam
Visnu significa La Persona Suprema. La Verdad Absoluta es en definitiva una persona, una entidad divina. Sus pies de loto son la parte mínima, la más baja parte de Su Forma Trascendental, y están por sobre todo en este mundo material. Son como el sol que recorre el cielo. El sol lo ve todo y lo bendice todo. Similarmente los pies de loto del Señor Supremo están por encima de todo este mundo, viéndolo todo y bendiciéndolo todo. Antes de que todo trabajo sea hecho, antes de que toda actividad sea manifiesta, el camino Védico consiste en recordar los pies de loto de Visnu. Nos movemos bajo el ojo siempre presente del Señor Supremo de todos los tiempos. – Estamos bajo su mirada, bajo su cuidado, estamos bajo Su guardia. Por tanto no hay necesidad de temer.-
El miedo en los Vedas se llama bhaya. En distintos grados todos temen en este mundo. Debido al miedo existe mucho sufrimiento aquí. Pero no hay necesidad de temer si siempre recordamos que por encima de todo el Señor Supremo está ahí, el Supremo Controlador. Su mirada siempre presente, Su Gracia siempre está sobre nosotros. Si recordamos esto entonces no hay necesidad de temer y uno puede vivir libre de ansiedad.
¿Cómo acercarse a la trascendencia? Éste es el tema principal de los Vedas. Para aquellos que no están listos para aceptar la trascendencia, para aquellos que no están listos para aceptar la protección del Señor Supremo, existen muchos otros departamentos de conocimiento que ayudan en esta vida temporal. Y gradualmente pueden despertar a la comprensión del valor definitivo de la vida humana.
La antigua civilización Védica fue basada en el objetivo trascendental, no en logros materiales. Los templos fueron grandes y ostentosos y las casas de la gente eran muy simples. ¿Por qué vivieron así? Volteamos hacia al pasado mirándolos, preguntándonos que, si tenían la habilidad de construir tales maravillas en piedra, ¿por qué no se construyeron para ellos hogares que duraran cientos de años? Esto es porque ellos sabían que finalmente, este mundo no es nuestro hogar. El templo representa trascendencia. - la morada del Señor Supremo -. Eso es grandioso y glorioso. Eso durará por siempre. ¿Pero nuestras vidas? Miles de millones de nosotros simplemente venimos y nos vamos. Éste mundo no es nuestro hogar –no podemos permanecer aquí para siempre-. Ellos aplicaron esta idea de forma práctica, viviendo de manera muy simple. ¿Por qué quieres construir un hogar aquí?. No puedes estar aquí por siempre. Tienes que ajustar tu visión, tu consciencia, en el mundo elevado y transitar por esta vida de manera simple. Cuando estés al final, cuando tu cuerpo caiga al polvo, o sea entregado a las llamas, tu consciencia eterna alcanzará ese mundo trascendental.
El pueblo Védico vivió con la concepción de que la Suprema Verdad Absoluta, Visnu o Krsna, siempre está por encima de todo. De esta forma vivieron felices.